28 días avanzando en tren con la mochila a cuestas:
- Comenzaríamos en la grandiosa capital Pekín, desde donde visitaríamos
- la mítica Gran Muralla china en Badaling, y cogeríamos el primer tren a
- Pingyao, donde nos perderíamos en el tiempo entre los tejados orientales de su casco histórico, y avanzaríamos hasta
- Xian, con sus guerreros de terracota, y
- la espiritual región de Chengdu, donde habitan los osos panda, una ciudad llena de vida próxima al
- buda gigante de Leshan y a
- la peregrinación al monte Emei Shan.
- Kaili sería nuestro siguiente destino, en cuyos alrededores visitamos aldeas de la etnia Miao y pasamos una velada en casa de una familia.
- Después, Guilin, sus pagodas y sus cuevas, y
- un barco por el río Li que nos llevaría a Yangshuo, entre macizos kársticos, una pasarela a
- las antiguas colonias de Macao, con sus casinos,
- y Hong Kong, nostalgia y colosos de cristal junto al mar.
- Último tren de 20 horas hacia el final del viaje, parando antes en Suzhou, "la Venecia de oriente", y llegando a
- la cosmopolita Shanghai, la última parada.