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Ruta

Fueron 14 los enclaves elegidos para extraer una visión de los numerosos y variados rincones de China. Comenzando en su milenaria capital, Pekín, nuestra única premisa sería alcanzar el avión de vuelta que partiría desde Shanghai. Aunque la distancia entre ambas ciudades es de mil kilómetros, nosotros planificaríamos una ruta de más de 6.900 kilómetros a lo largo y ancho del gigante asiático.


28 días avanzando en tren con la mochila a cuestas:
  • Comenzaríamos en la grandiosa capital Pekín, desde donde visitaríamos
  • la mítica Gran Muralla china en Badaling, y cogeríamos el primer tren a
  • Pingyao, donde nos perderíamos en el tiempo entre los tejados orientales de su casco histórico, y avanzaríamos hasta
  • Xian, con sus guerreros de terracota, y
  • la espiritual región de Chengdu, donde habitan los osos panda, una ciudad llena de vida próxima al
  • buda gigante de Leshan y a
  • la peregrinación al monte Emei Shan.
  • Kaili sería nuestro siguiente destino, en cuyos alrededores visitamos aldeas de la etnia Miao y pasamos una velada en casa de una familia.
  • Después, Guilin, sus pagodas y sus cuevas, y
  • un barco por el río Li que nos llevaría a Yangshuo, entre macizos kársticos, una pasarela a
  • las antiguas colonias de Macao, con sus casinos,
  • y Hong Kong, nostalgia y colosos de cristal junto al mar.
  • Último tren de 20 horas hacia el final del viaje, parando antes en Suzhou, "la Venecia de oriente", y llegando a
  • la cosmopolita Shanghai, la última parada.
Disfruta de todos estos destinos y de nuestras divertidas anécdotas y no te pierdas los episodios en vídeo.