Teniendo en cuenta sus casi 9.000 kilómetros de longitud, es evidente que puede ser visitada desde múltiples ciudades. Nosotros elegimos Badaling, próxima a Pekín, el lugar más accesible en transporte público. A pesar de la gran cantidad de gente que visita la muralla cada día, basta con caminar unos cuantos de sus empinados altibajos para alejarse y encontrar panorámicas más remotas y despejadas.
Y es que recorrer a pie la muralla china completa sería como hacer más 11 veces el Camino de Santiago francés, el de toda la vida. O "poco" menos que el viaje de ida y vuelta entre Madrid y Nueva York, a las que las separan 5.779 kilómetros.
Lógicamente, con estas cifras astronómicas la construcción de la muralla se alargó durante casi... ¡22 siglos! Al final, lo mejor es no dejarse marear con los números y disfrutar de las espectaculares vistas que nos ofrece este majestuoso monumento.
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